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miércoles, 27 de marzo de 2013

Historia de un encuentro

El pasado 8 de marzo, casi un año después de nuestra primera visita,  pusimos rumbo a la Sociedad de Misiones Africanas (SMA), en Madrid.



Llegamos cansados y sin ánimos (algunos incluso con resaca), pero con ganas de encontrarnos y sabiendo que el fin de semana merecería la pena. Durante tres días reflexionamos con Paco Bautista sobre lo que significa el viaje que vamos a hacer a Benin, escuchamos, con mucha atención y  muchas preguntas, las experiencias y anécdotas de Piluki y Lola y aprendimos con José Ramón cómo actuar en una cultura que no es la nuestra.
Un fin de semana para compartir expectativas, miedos, deseos e incertidumbres, que ha hecho que el grupo se fortalezca aún más, si cabe, y coja ánimo y fuerzas para esta última etapa previa a nuestro viaje.

Las visitas a la SMA suelen ser bastante contradictorias para uno mismo, estás contento de estar y de compartir experiencias con los demás. pero te devoran la impaciencia y las prisas por salir de España y poder ver, tocar y oler lo que durante tres días te están contando con palabras.

Aprovechamos para hacer TODAS las preguntas que se nos ocurrían, y más: ¿Cómo nos acercamos a la gente? ¿Podremos estar con los niños? ¿Qué hay de las fotos? ¿Querrán hablar con nosotros? ¿Podremos ir todos juntos? Etcétera, etcétera y un largo etcétera. Paco y José Ramón respondían, con paciencia, a algunas de las dudas que surgían, dejando otras a la suerte de la experiencia.
Cuando las preguntas se repiten y nos ponemos pesados, la respuesta es: DEJAOS SORPRENDER.
Será fácil.

Esta entrada, aparte de servir para mantener informado al que quiera seguirnos la pista, queremos que sirva para agradecer a todos los miembros de la Sociedad de Misiones Africanas lo que hacen por nosotros. Gracias por acogernos, por aguantarnos y por acompañarnos. Gracias Paco, por tu testimonio y tu acompañamiento continuo, y por esa novela que nos hemos llevado, de la que, sin permiso, hemos cogido el título (tómese como un homenaje). Y a Isidro, también gracias, que organiza y se preocupa por nuestro viaje y por nosotros desde la distancia.


Poco más diremos de este fin de semana, ya hemos empezado a presentar en algunos sitios nuestro proyecto y parece que la cosa se está moviendo.

Gracias por acompañarnos!
Un abrazo







miércoles, 2 de enero de 2013

Noticias

El pasado 30 de diciembre, el periódico HOY de Extremadura, sacó una noticia en la que contaba parte del proyecto que llevan a cabo distintas instituciones y asociaciones en Benin, asociaciones amigas y con las que colaboramos.¡Os la dejamos aquí por si queréis echarle un ojo!

Un saludo :)


Más que cartas entre niños

Asociaciones y centros desarrollan una singular iniciativa que comunica estudiantes con otros de Benin y Níger 

Los niños de Buka (Benin) sí tienen quienes les escriba. También los de Tera (Níger). Y les cuenten cosas de Plasencia. Los niños de Buka también tienen a quién escribir en la ciudad del Jerte. Lo hacen para narrarse experiencias, intercambiar dibujos o compartir la vida. Escolares de varios centros de la ciudad desde hace cinco años se cartean con los pequeños de estos recónditos rincones de África.
No es lo único que hacen. También elaboran regalos que les envían o participan en campañas dedicadas a recaudar fondos para mejorar la educación de sus colegas africanos. Porque Tera Buka es un proyecto educativo que acerca a niños de ambos mundos. De igual a igual. Es la base sobre la que trabajan. Nada del 'pobrecito niño pobre apadrinado'. Todo es posible gracias, precisamente, a una iniciativa de Plasencia en la que están implicados cuatro centros, cinco asociaciones y la diócesis.

El colegio Miralvalle, el IES Virgen del Puerto, La Salle o la Escuela Oficial de Idiomas completan junto a Amigos en Marcha, Algarabía, Artistas Solidarios Placentinos, Universitarios 'África en ti' y 'Afríkate' la relación de cooperantes implicados con este singular proyecto, nacido hace seis años, que aviva el entusiasmo de los hermanos Manuel y Pedro Galavíz y que ha hecho posible y tutelado el infatigable misionero Isidro Izquierdo.
Después de años de intensa labor en Buka, trabaja desde enero de este año en Tera, una pequeña ciudad del oeste de Níger, inmersa en la pobreza del Sahel y atenazada por las hambrunas y la sequía. De ahí que los promotores de este proyecto de comunicación y cooperación educativa hayan ampliado, con la marcha del misionero, su campo de acción a la urbe nigeriana.
El primer compromiso es de comunicación y, desde noviembre de 2007, los niños y jóvenes se comunican por carta con alumnos del centro de Buka para conocer de primera su realidad cotidiana», explica Manuel Galavíz, uno de los monitores que junto con su hermano Pedro, profesores del IES Virgen del Puerto y de La Salle, visitaron Buka en 2008 y 2011 para fortalecer las relaciones. El próximo verano viajarán a Tera y a Buka con un grupo de jóvenes de la Asociación 'África en tí', para afianzar la colaboración futura.
Pero el proyecto no se limita solo a comunicar escolares. En el caso de Buka, los fondos recaudados a través de centros y asociaciones han posibilitado becar a 20 alumnos sin recursos para que puedan estudiar. En Tera, se pretende ampliar las becas a un grupo de 30 alumnos, cuyas familias no tienen recursos y han empezado por ayudarles en la manutención, por ser acuciante la necesidad de cubrirla.
Además en Buka asfaltaron las aulas, compraron libros y pupitres y en 2001 terminaron una biblioteca para el instituto, que costó 12.000 euros. Este año se concluido una pista deportiva.
En Tera está todo por hacer. La escuela carece de mobiliario, lo niños de material y proyectan crear una biblioteca. Actualmente tienen contratados a cuatro profesores con un coste importante para el proyecto. Niños del barrio Gabriel y Galán han empezado a cartearse con los de Tera, a los que mandaron pulseras y dibujos este mismo mes.
Manuel y Pedro Galavíz y un grupo de alumnos de los centros que participan en esta iniciativa presentaron el proyecto Tera Buka para darlo a conocer en Plasencia. «La educación es el principal motor del cambio, por eso educamos en valores de solidaridad y nos preocupamos por los demás como parte de nuestra propia realidad», apunta Pedo Galavís. Y recalca que se trata de compartir cosas «con la misma dignidad, algo de lo que ambas partes obtienen beneficios».
Subraya, asimismo, el hecho de que éste es un proyecto en el que no hay instituciones intermediarias, por lo que el dinero recaudado se transmite directamente, al destino, el misionero lo recibe y lo pone directamente en los proyectos comprometidos en Buka o en Tera.